Gran Hermano.

Telecinco sigue explotando su gallina de huevos de oro. Al igual que ya hiciera Cuatro con «Fama, a bailar», los de telecinco han «creado» un nuevo Gran Hermano con concursantes antiguos (a ver cómo les sale esta vez la jugada a los de la cadena vecina con su reallity estrella…)

La idea, en principio, está bien; a la mayor parte de los seguidores del programa nos apetece ver cómo vuelven a entrar participantes míticos de todas las ediciones en una misma casa. El problema viene cuando estos participantes están cortados por el mismo patrón. Telecinco ha tirado de lo que sabe que vende: los polemistas del enfrentamiento y el sexo.

La historia de amor, sexo, odio e insultos entre Arturo e Indhira protagonizada en este último Gran Hermano ha sido la revelación de la temporada. Por eso, los dos participantes no podía faltar. El resto, más de lo mismo. Historias de amor acabadas (tirando más al final malo que al bueno) como la de Raquel y Noemí e, historias de insultos como las de Nicky y Bea, la legionaria.

Personalmente, me hace gracia un perfil tipo «Bea, la legionaria» con su verdulerismo por bandera y, algo de amor-sexo tampoco viene mal pero, ¿por qué sólo éso? Todos los años, cuando comienza una nueva edición disfruto viendo los «frikis» que han entrado y, por eso, esperaba que en este «Gran Hermano remix» abundasen, por llamarlos de alguna manera, los concursantes peculiares. Pero, muy a mi pesar, no hay ni uno.

Cómo hubiese disfrutado yo con un Gran Hermano con los participantes que propongo a continuación:

1. Ana Toro. Ésta estaba como una cabra, sin exagerar. Levantaba la pierna como nadie  y bailaba con una fregona. Y, por supuesto, nunca olvidaré ese humor tan peculiar en el que disfrazada de Isabel la Católica le hablaba a su marido (un muñeco hecho por ella misma) Ah, y mítico el día en que Mercedes Milá les mandó callar y ella le ladró como si fuese un perro.

2. Carolina. La sorpresa de este año. La Drag Queen de Madrid con piel negra. La de la plancha y frases recurrentes. La más cotilla y mari de la historia de gran hermano. Carolina es demasiado grande (como su cuerpo) y por eso sus frases ya son míticas. «La cebolla cari, la cebollaaaaaaaa».

3. Mimi. La friki del manga. Con sus chillidos y sus tonterías de niña insoportable. Agobiante, pero genial. Y cuando hablo de Mimi también lo estoy haciendo de Mamen, la de las tetas gigantes, la única que le siguió el rollo totalmente y descubrió al entrar en la casa que era igual de friki que la otra. «Pikachu ven a míiiii!!».

4. Fresita. Gracias a Dios que ganó. Esto sí es justicia. Había que premiar a alguien que gritaba «Salou es mío» y lloraba porque una vaca quería aplastarla.

5. Mirentxu. La abuela de España, la que se hizo amiga y madre de todos los frikis de ese gran año (incluida Ana Toro) y, por supuesto, la que se estampó con el suelo del jardín tras tomar unas copitas de más.

6. Li. La china estuvo poco, pero era del tipo de Mimi, friki a más no poder. Y su cara china la acompañaba bastante. Una pena que no la dejaran haber dado más de sí en el concurso.

7. Rebequita. Ésta está loca, pero sin exagerar. En vez de entrar a Gran Hermano tendría que haberse ido directa a un psiquiátrico. Pero, oye, la chica entró en la casa y a mí, aunque sea odiada por media España y una parte de Portugal y otra de África, me encantó. Valor de entrar con una muñeca con esa boca… ¿Y quién puede olvidar esos momentos en los que ida completamente hablaba sola? yo, señores, no puedo ni debo…

8. Javier Palomares. De este no tengo nada que decir, sólo recordaré su frase mítica: «soy una cabraaa».

O, si no, si querían bronca, que hubiesen metido a Javier, que ése sí que insultaba como nadie… Qué crack, pero crack repulsivo, odioso y adictivo.

Pues eso, que este nuevo GH no me ha gustado mucho.

3 respuestas to “Gran Hermano.”

  1. Después de once ediciones
    “Gran Hermano” se mantiene,
    y con todos los honores,
    en el Top Ten de la Tele.
    Esta vez, sobre la marcha,
    dan otra vuelta de rosca
    y aprovechando la casa
    van y sacan de la gorra
    por la cara otro programa:
    Han inventado un refrito
    y cual si fueran cobayas
    pueden verse allí metidos
    y luchando por la pasta
    un grupo de famosillos
    (porque a famosos no alcanzan);
    parejas desencontradas
    de anteriores ediciones
    que aceptan ser encerradas
    en el mismo sitio donde
    acariciaron la fama
    a fin de recuperarla.

    El programa les propone
    llevarse toda una pasta
    si ellos son los que soporten
    hasta el último programa
    y liman sus diferencias,
    o reencuentran el amor,
    o remueven sus conciencias
    o pegan un revolcón
    (que todo el mundo presencia)
    debajo del edredón.

    Pues con la dicha propuesta,
    para nada original,
    que “Gran Hermano” presenta
    han conseguido alcanzar
    un 24 %
    de la audiencia de esa noche.
    Yo la verdad es que pienso
    que vemos lo que nos ponen.

    Pero en el fondo no extraña,
    no olvidemos que vivimos
    en nuestra querida España
    cuyo vicio siempre ha sido
    comentar vidas ajenas
    y juzgar a los demás,
    y más si además nos dejan
    hacerlo desde el sofá.

    Y aquí dejo ya la rima
    porque empieza “Gran Hermano”
    y yo no me pierdo a Aída,
    que de borde tiene un rato,
    en ese programa metida
    con los otros cuatro gatos
    llamándole perra judía
    y a ella despotricando.

  2. Esnórquel Says:

    Tu blog ha perdido muuuuuuuuchos puntos después de esta entrada.

  3. Ay, a mí me encantó el video de presentación de Li, que decía algo así como que los hombres españoles le daban miedo porque tenía mucho pelo, jaja.

    Qué descubrimiento tu blog, veo que también eres de listas jiji. Te sigo!

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